No al maltrato animal

Esta imagen de Ángel en el momento de ser rescatado hace mes y medio ha dado la vuelta al mundo.

Transcribimos la noticia de la muerte de Ángel, tal y como ha sido retratada en un medio de comunicación.

La Razón, 06/08/2010.

Ángel murió el viernes pasado. Su cuerpo no pudo más. El maltrato que recibió durante toda su vida –hasta que Pilar lo recogió hace un mes y medio– provocó el fallecimiento del perro.

Se trata de un animal que ha conmovido a centenares de personas y que en menos de una semana ha unido a un millar de personas en un grupo de Facebook. ¿Pero qué tenía este can para emocionar a tanta gente? La mayoría «no sabe» bien qué es, pero sobre todo tienen ganas de que no vuelva a ocurrir, que casos como éste no queden impunes, y es que Ángel no tenía microchip y legalmente no se puede hacer nada.

Según cuenta Pilar, quien se encontró al animal en la carretera de Barquilla de Pinares, Cáceres, «Ángel iba de un lado a otro dando tumbos. Llevaba una pata a rastras y la cabeza agachada tocando la carretera como buscando dónde caer para morir». Ella iba junto a su marido, y ambos se dieron la vuelta y le siguieron. «Huía de los humanos, le dábamos verdadero terror». El perro se refugió en una parcela.

«Al pedirle a un vecino, que nos ayudara a cogerlo, nos dijo que era suyo. Luego reculó y dijo que ‘‘mío, mío, no es’’», recuerda Pilar. Nunca olvidarán lo que sucedió, pues Ángel empezó a dar «alaridos de pánico» al intentar ponerle la correa. Entonces, un vínculo especial surgió entre ellos. «Hasta mi esposo, que es más duro, se quedó impresionado de lo mal que estaba».

Ángel estaba deshidratado, tenía una fuerte anemia, desnutrición severa, una herida infectada en el codo, infestación por garrapatas y una tremenda llaga producida por haber tenido durante mucho tiempo un palo astillado en la boca. Todos los pronósticos eran bastante negativos, sin embargo Pilar no quería ponerle la «inyección». «No me preguntes por qué, si fue el dolor innecesario y gratuito que había sufrido, pero Ángel me hizo luchar por él». Y el coraje de Pilar traspasó fronteras. Pilar recibía e-mails, cartas y llamadas de personas que querían ayudarle desde «toda España e incluso desde países como México, Perú, Rusia... Gente que vio su foto y se conmovió».

Tratamiento veterinario
Primero fue atendido en la Clínica Bazaga, en Navalmoral de la Mata. Después hicieron por él todo lo posible en Candelera. Un día Pilar recibió una llamada de Mar («no nos conocíamos»), que le habló del Hospital Veterinario Alfonso X El Sabio, en Madrid, «y allí le llevamos». Ángel estuvo un mes en tratamiento. «Tengo que dar las gracias no sólo al personal, también a las personas que iban a visitarle a diario», explica Pilar.

Cuando estaban a punto de darle el alta, en una analítica le salieron unos niveles de albúmina imposibles para poder cicatrizarle sus heridas. «No quedaba otra. Había que intervenirle. Las primeras 24 horas fueron bien, pero luego se le paró el corazón». Pilar y su marido corrieron al hospital desde Navalmoral. Una vez allí, tuvieron tiempo de entrar a ver a Ángel para despedirse, pues recuperó la consciencia durante unos minutos. «Por desgracia, Ángel no será el último perro maltratado de España, su historia se repetirá».